Punto Nemo – Una coordenada compartida
Punto Nemo es un proyecto vinícola compartido. Es un punto de encuentro entre tres personas con trayectorias distintas —Gorka Mauleon, Urko Barros y Ana Murillo— que comparten una forma común de entender el vino: como búsqueda, como riesgo y como lenguaje. Cada uno aporta una parte del mapa: el saber hacer en campo y bodega, la visión crítica que cuestiona el camino, y la técnica para conseguir la mayor calidad.
El nombre alude al punto más remoto del océano, el lugar más alejado de cualquier costa. Una coordenada real, pero también simbólica: donde se cruzan la soledad del campo, la soledad del que busca sin mapa y la de quien sostiene una visión a contracorriente. Esa sensación de estar lejos —del ruido, de las certezas, de los caminos ya hechos— es parte de lo que nos une.
Este proyecto no tiene sede fija, pero sí raíces. Cada vino nace en un lugar concreto, con su lógica, su temporalidad y su contexto. No hay normas cerradas, solo la voluntad de entender y compartir lo que sucede cuando las personas se entregan a una idea.
Cada vino se elabora en un lugar distinto, con variedades propias de cada zona, técnicas específicas y otros colaboradores que aportan su forma de trabajar. Algunos forman parte de una denominación de origen y otros no; se vinifican en bodegas diferentes, pero adaptándonos siempre al territorio y su tradición.
Punto Nemo son, de momento, dos vinos que no responden a un estilo ni a un formato único. Entendemos cada uno como una respuesta al lugar, al momento y a las personas implicadas. Se construye desde el respeto, dejando expresarse a la viña y al vino con libertad.